VISIONES ENCONTRADAS

Los Walker, la familia protagonista de la serie Brothers and Sisters, llegaron a nuestras pantallas y, por lo tanto a nuestras vidas, en el otoño de 2006. Y se quedaron. Por alguna extraña razón fue una de las series que he seguido con absoluta fidelidad a lo largo de estas cinco temporadas.

Lo dijimos hace unos años, queríamos ser parte de esa familia, con sus alegrías y con sus miserias, con sus días buenos y sus días malos, con sus relaciones amorosas de mierda y con sus adicciones, con sus problemas laborales y con sus broncas y reproches, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe.

Afortunadamente no será la muerte lo que nos separe. Ha sido la cancelación de la serie, necesaria por otra parte, que finalmente ha confirmado la cadena ABC. Aunque, en realidad, esto es como la muerte de las series. El pasado 9 de mayo llegó el último de los capítulos. Y la serie acaba como no podía ser de otra manera: con la familia Walker unida bailando juntos el “Born this way” de Lady Gaga celebrando una nueva boda (esto no es un spoiler, creo que todas las temporadas han finalizado con un enlace).

La imagen de arriba es la última de Brothers and Sisters. El rostro emocionado de Nora (Sally Field), la matriarca de los Walker, la protagonista indiscutible. La mujer que ha cohesionado a la familia durante este tiempo, pero también la que nos ha mantenido a nosotros siguiendo la serie pese a que ha ido perdiendo la chispa, la magia de las primeras temporadas.

Estas son las palabras con las que Nora Walker se despedía para siempre:

“Las familias, igual que la vida, van cambiando, nunca son la misma, pero son tu familia, este grupo ecléctico pero profundamente unido. Así que evolucionas, te adaptas. Y ahora cuando veo mi vida y a mi nueva familia extendida, pienso en esta maravillosa cita de George Eliot: “Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrías haber sido".”

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Este año, que tengo el blog en horas bajas, no había escrito nada sobre Eurovisión salvo recordar la canción portuguesa más por motivos políticos que musicales.

Como dice Borja en su imprescindible blog sobre televisión: "Eurovisión no es hortera, es puro espectáculo". Una pequeña muestra de ello es el formidable comienzo de la gala de anoche con el presentador cantando una versión rock del "Satellite" con la que el año pasado Lena Meyer-Landrut logró que el Festival se realizase este año en la ciudad alemana de Düsseldorf.


Ganó Azerbayan con un dúo formado para la ocasión por Ell y Nikki. Su "Running Scared" siempre estuvo entre la decena de temas favoritas pero esta vez pocos apostaban con que finalmente fuese la ganadora. Dudo que escuchemos este tema muchas más veces.


Y nosotros volvimos a caer en la tabla. Las votaciones nos mandaron a la antepenúltima posición. Ninguna sorpresa. Era lo esperado. Lucía defendió de la mejor manera posible una horrible canción. Visto lo visto tal vez el año que viene tendríamos que cantar en inglés.


No ganó aunque estuvo cerca. Italia volvía al redil eurovisivo después de más de una década fuera y lo hacía por la puerta grande. Tal vez la mejor canción de la noche.

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