30.5.10
Eurovisión 2010, el día después
Pese a que era una de las favoritas, no me gusta el Satellite de Lena. Aún así marca una cierta tendencia que habíamos venido apuntando: no es necesario montar un circo para ganar este concurso. Así es que me quedo con la bonita actuación del belga Tom Dice que quedó en una estupenda sexta posición.
Seguro que el gobierno griego estaba temiendo que su OPA se hiciese con el triunfo eurovisivo. Y seguro que respiraron con cierto alivio e ironía que la Merkel tenga que pagar este sarao el año próximo que este ha contado con un 25% menos de presupuesto y en lugar del espectáculo del Circo del Sol de la edición pasada hemos tenido un interminable y aburrido flash mob.
El israelí Harel Skaat decepcionó en la dos actuaciones que ha tenido. Tanto o más que Safura, la otra gran favorita de esta edición.
No le encuentro la gracia a un estúpido que busca su momento de gloria destrozando el trabajo de los demás. Imperdonable el fallo de seguridad de la producción noruega. Prometo no hacer ningún comentario sobre la procedencia geográfica del sujeto. Estúpidos los hay en todos los sitios.
Para los que se quejan que los países del este se votan siempre entre sí y que por eso ganan: el año pasado el triunfo fue de Noruega y este se va a Alemania, que forma parte del Big Four y no es que tenga muchos países vecinos.
Me impresionó la actuación de Diges. Demostró su buen hacer y su profesionalidad. Fue capaz de continuar como si no hubiese ocurrido nada y regalarnos una maravillosa actuación. No sólo eso: en lugar de despotricar en público contra todos lo asumió con mucho humor.
España no alcanzaba una posición tan alta desde 2004 cuando Ramón quedó décimo con su “Para llenarme de tí” (¿Qué habrá sido de él?). Ese año que ganaron las danzas salvajes de la ucraniana Ruslana.
El tiempo de Uribarri ya pasó. Que vuelva Beatriz Pecker.
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