VISIONES ENCONTRADAS

“Europa” sólo fue un preludio de lo que luego iba a ocurrir en un Palacio de Congresos completamente lleno en la gélida noche del viernes. Una espléndida Mónica Naranjo salió con un precioso vestido verde botella y una capa con capucha negra ante un público que no dejo de ovacionar y ponerse en pie a lo largo de las casi dos horas que duró el concierto guiado desde la pantalla por Alma, la muñeca que con su búsqueda daba una difusa continuidad a todo el espectáculo.

Sus mejores y más conocidas canciones especialmente arregladas para una orquesta sinfónica emocionaron y sorprendieron. Tras "Siempre fuiste mío", llegó uno de los momentos más impresionantes de la noche, sorprendentemente cuando se le olvidó la letra de "Kambalaya", que tras un par de intentos infructuosos por recordarla tuvo que pedir ayuda al público para continuar con el tema. Más ovación. Una vez más el auditorio puesto en pie. Fue también cuando se decidió, por fin, dirigir unas palabras de agradecimiento al publico y cuando, con los ojos mirando hacia el cielo, recordó a su hermano Enrique fallecido hace un par de años: "maricón va por ti".

Ni los gritos ni los silbidos de un emocionado publico casi implorando que la cantante volviera a salir, lograron que ésta reapareciera sobre el escenario. Es lo que tienen las divas.