VISIONES ENCONTRADAS

Menos gente que el año pasado. Menos carrozas. Menos calor. Con algunos amigos que antes no estaban, que se han ido incorporando sus pasos a los míos. Me acuerdo de los que se quedaron en la cercana y la lejana distancia. Segunda manifestación de este año. La primera, pequeña pero muy, muy emocionante en Rosario (Argentina) hace diez días. Y la segunda, a lo grande en Madrid. Un año más. Pero con las mismas ganas de disfrutar. Los mismos deseos de hacer de la protesta y de la reivindicación una fiesta. Los mismos deseos de seguir trabajando por la igualdad de gays, lesbianas y transexuales. Con (casi) las mismas esperanzas de un mundo menos anguloso.