11.5.08
La Mala se hace con el WOMAD 2008
La edición más complicada del WOMAD (si es que alguna vez hubo una fácil) finalizaba anoche con el concierto del argelino Khaled. La lluvia se hizo presente en la tarde del sábado pero el festival pudo con el agua (pese a la falta que nos hace). Se repiten las críticas que uno lleva escuchando año tras año: el botellón y la suciedad en la parte antigua de Cáceres. Lo de siempre.
Algunos de los escollos que estuvieron a punto de hacer desaparecer el WOMAD cacereño se han solventado: escenario (reducidísimo) en la Plaza de las Veletas, el logotipo de Cáceres 2016 en los diferentes espacios, mayor presencia de grupos extremeños, participación infantil en los talleres,… Sin embargo el sonido, una de las reclamaciones más significativas y fundamentales, ha continuado siendo deficiente no sólo (pero sobre todo) en la Plaza Mayor. Diga lo que diga la organización.
El viernes, La Mala y sus malabarismos consiguieron atraer a más de 20 mil personas en el que ha sido el concierto más multitudinario de este WOMAD. Impresionaba ver la plaza completamente llena de gente. A la una en punto comenzaba y con estricta puntualidad daba por terminada su presencia sobre el escenario. Una hora. Ni una canción más. Aun así dejó un muy buen sabor de boca.
Dos días de buena música. De buena compañía. De (re)encuentros. De algunas emociones. De algún susto. Y alguna que otra sensación encontrada.
Algunos de los escollos que estuvieron a punto de hacer desaparecer el WOMAD cacereño se han solventado: escenario (reducidísimo) en la Plaza de las Veletas, el logotipo de Cáceres 2016 en los diferentes espacios, mayor presencia de grupos extremeños, participación infantil en los talleres,… Sin embargo el sonido, una de las reclamaciones más significativas y fundamentales, ha continuado siendo deficiente no sólo (pero sobre todo) en la Plaza Mayor. Diga lo que diga la organización.
El viernes, La Mala y sus malabarismos consiguieron atraer a más de 20 mil personas en el que ha sido el concierto más multitudinario de este WOMAD. Impresionaba ver la plaza completamente llena de gente. A la una en punto comenzaba y con estricta puntualidad daba por terminada su presencia sobre el escenario. Una hora. Ni una canción más. Aun así dejó un muy buen sabor de boca.
Dos días de buena música. De buena compañía. De (re)encuentros. De algunas emociones. De algún susto. Y alguna que otra sensación encontrada.
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