VISIONES ENCONTRADAS

El final del verano placentino está identificado con el Festival Folk de Plasencia, que este año llega a su XI Edición.

El programa de este año, que lleva circulando gracias a los foros y listas de distribución folkies, trata de mezclar lo internacional con los estatal, junto con algún grupo extremeño.

Un cartel bastante completo salvo por algunos "peros" importantes.

Plasencia debería plantearse el modelo de Festival que quiere trasladar al exterior, debería repensar cómo ha ido funcionando a lo largo de estos años, y después de las celebraciones del años pasado reflexionar acerca de si la línea a seguir es esta o tal vez sea necesario modificar no pocos aspectos. No pasa nada. Otros Festivales Folk de mayor importancia se han tenido que ir adaptando a las necesidades y han ido realizando sustanciales modificaciones en sus planteamientos, con mejor o peor fortuna como le ha ocurrido a Ortigueira este año con esa extraña mezcla entre lo latino y lo celta. Pero, pese a que el resultado puede no ser el más adecuado, demuestra que es un espacio viva, abierto y con capacidad de (re)crear.

Plasencia debería plantearse por qué a día de hoy no hay un solo cartel pegado en Plasencia, porque sólo ha aparecido una noticia en prensa.

Ojala, nos equivoquemos y las estrellas sean propicias, pero un cartel como el de este año resulta pobre y muy poco atractivo. No hay ni un sólo grupo minimamente conocido por eso que llaman el "gran público". Kila, que es la estrella de este año, es un grupo de renombre para los que estamos cercanos a estilo musical.

Trataremos de disfrutar(lo) como en años anteriores; una vez más, y siguiendo la tradición, con Miguel y esta vez sin David que anda entre los ferrys de Anatamía de Grey.

Por cierto, hoy es el Día Mundial del Folklore.